lunes, 19 de marzo de 2007

Lo conozco




-Me presento
-Lo conozco
-¿Por qué lo ha hecho?
-No lo pude evitar
-¿Pensó en las consecuencias?
-No pensé que pudiese suceder, y no pensé en sus consecuencias
-Y ahora ¿qué piensas hacer?
-Pensar, pensar mucho y restablecer el equilibrio
-¿Qué equilibrio?
-El que he roto y el que se ha roto dentro de mí
-¿Por dónde piensa empezar?
- Si recompongo mi equilibrio interno el otro se sumará
-Pero esta vez nadie le podrá echar una mano
-Lo sé, pero lo voy a afrontar
-No va a ser fácil, el tiempo juega en su contra
-El tiempo lo devora todo pero esta vez no lo impedirá
-¿En su vocabulario no existe la palabra fracaso?
-Existe pero esta vez no la voy a escuchar
-¿Por qué tanto empeño? ¿No sería mejor renunciar?
-Hay situaciones únicas. No siempre lo mejor es evitarlas.
-Y una vez que haya logrado el equilibrio, ¿qué?
-Cuando lo tenga, seguro que sabré que hacer.
-Usted no está bien.
-Nunca he estado tan cuerdo
-Si es su decisión, le deseo suerte…
-No me la desee, esta vez no va a intervenir.


Más preguntas se le ocurrieron, pero no las formuló: ya sabía la respuesta.

4 comentarios:

Aura dijo...

good luck

Marc dijo...

Pero no habíamos dicho que no íbamos a utilizar la palabra suerte...

ah,...que es en inglés. Sorry;)

Anónimo dijo...

Yo suelo seguir la máxima de que es mejor arrepentirse de lo que se ha hecho que de lo que no se ha hecho. Si te esfuerzas siempre sacarás algo positivo...no estamos tan sometidos al azar...o si?
Besos

Marc dijo...

Sí, dices bien, Rouge.
Al azar le dejaremos sólo una pequeña parcelita;)


Besos también.